octubre 18, 2010

LOS 4 DE CORDOBA - La Murga del Abrojal

Un poco de Historia

El barrio se desarrolló a partir de un paraje llamado El Abrojal en el Siglo XIX. En 1862 se creó la Plaza de Carretas, un mercado para comerciantes. En 1890, por iniciativa del entonces intendente Luis Revol, se creó un complejo de viviendas sociales en el mismo lugar, en el cual se instalaron inmigrantes provenientes en su mayoría de Italia, España y países de Medio Oriente. La cultura y vida social se desarrolló alrededor de un comercio llamado Casa de Pepino, que hoy funciona como museo y centro cultural.
El nombre de Pepino fue imponiéndose a través de la práctica, ya que uno de los principales dramaturgos de fines del S. XIX, Podestá, tenía un personaje denominado Pepino el 88, y al ser habitué del almacén, la gente comenzó a identificar el lugar con el nombre del personaje.
La casa, destruida y prácticamente abandonada por la familia es recuperada por el municipio como parte del patrimonio tanto tangible como intangible de la ciudad.
El primer crecimiento
El Abrojal

Desde su fundación en 1573, hasta ya pasada la segunda mitad del siglo XIX, nuestra ciudad capital se limitó sólo a las 70 manzanas que había trazado su fundador. La masa poblacional no crecía y esas pocas manzanas en torno a la Plaza Central demoraron en densificarse. En esta primera entrega, los primeros pasos de la ciudad. En la próxima semana, Córdoba del otro lado del río.
Sara Bongiovanni
Especial

La ciudad de Córdoba estuvo durante tres largos siglos aprisionada por fuertes límites físicos que contenían su crecimiento: La Cañada -peligrosa en aquel entonces por sus desbordes- por el oeste; las fuertes barrancas del sur y el río, en el norte, que también sorprendía con su fuerza atropelladora los días de crecida.

En aquellos viejos tiempos de la colonia, todo pasaba dentro del "rondín", esa pequeña ciudadela delimitada por las hoy calles Santa Rosa y Lima, al norte; Santiago del Estero y Paraná, al este; Bv. Illia y San Juan, al sur, y Bolívar y Jujuy, al oeste.

Fuera de esos límites todo era montes, descampado y pastizales. A principios del siglo XIX, cuando recién comenzábamos a independizarnos, la ciudad contaba sólo con poco más de 8.000 vecinos. Córdoba aún no había comenzado su desmesurado crecimiento.

A partir de 1870. No obstante, el ferrocarril y el influjo de las masas inmigratorias fueron modificando la fisonomía de la ciudad en forma acelerada, a partir de las últimas décadas de ese siglo. En 1869 la ciudad ya contaba con casi 35.000 habitantes; en 1895 el censo sumó cerca de 55.000 y a comienzos del nuevo siglo, en 1906, 93.000. Y así las progresiones cambiaron con notable celeridad determinando el censo de 1935 un total de 311.832 ciudadanos.

Luego, la ciudad comenzó a romper los límites que la demarcaron durante siglos, atravesando las barreras físicas. Los primeros asentamientos se manifestaron en lo que hoy es barrio Güemes, por entonces dos poblados denominados Pueblo Nuevo y El Abrojal, antes y después de la Cañada, hacia el oeste. Se fueron instalando en este sector diferentes familias y como era zona de llegada desde las quintas, no tardaron en aparecer comercios, conformándose un primitivo vecindario.

Los planos de la ciudad capital de 1878 incluyen el centro y anexos, barrio General Paz, el Abrojal y Pueblo Nuevo. Ya por entonces había sido fundado también el tradicional San Vicente.

Con la construcción sucesiva de los diferentes puentes que fueron sorteando el obstáculo del río y el crecimiento poblacional debido a la masa inmigratoria se comenzaron a conformar los diferentes barrios pueblos, siempre perimetrales al centro fundacional.

Inicialmente se construyó el Puente Sarmiento, en 1871, que permitió una franca vinculación con barrio General Paz. Después vino el puente de la "calle ancha" (Av. General Paz y Vélez Sársfield).

El original, de madera con pilares de hierro fue reemplazado en 1911 por el actual puente Centenario.

Luego se construyó el puente Avellaneda y, en 1880, se ordenó la construcción del puente Santa Fe. En 1890 se vinculó General Paz y San Vicente, con su nuevo puente. En 1898 fue el turno del puente Alvear.

Alta Córdoba quedó así totalmente vinculada al centro y el crecimiento hacia el oeste se manifestó con el surgimiento de barrio Alberdi, superado el límite de la Cañada.

Con señas particulares Pueblo Nuevo se caracterizó desde sus inicios por ser una de las barriadas más típicas y criollas de la ciudad (era uno de los sectores con menor porcentaje de población extranjera), con un verdadero espíritu de trabajo y sacrificio, según señala el historiador Efraín U. Bischoff en sus escritos.

El Abrojal, por otro lado, fue consolidando poco a poco sus leyendas de barrio cuchillero, imagen que a más de un siglo fue difícil de erradicar.

De estos barrios –de uno y otro lado de la Cañada– sobran historias de fantasmas, duendes y aparecidos, muy coloridas, que pasaron a conformar el anecdotario cordobés, entre cuyos personajes el más reconocido y popular es "La Pelada".
Fuente: La Voz del Interior - Sábado 20 de enero de 2007

1 comentario:

Julio Alejandro Gallard dijo...

QUE GRAN EMOCIÓN Y MUCHO REGOCIJO, VEO LA GRAN HISTORIA QUE POSEE MI BARRIO, BELGRANO Y BRASIL Bº GUEMES, DESDE AHORA VEO Y ESTOY ORGULLOSO DE DONDE HE VIVIDO.
GRACIAS POR HACERNOS SABER ESTAS Y OTRAS MUCHAS HISTORIAS.
UN ABRAZO GRANDE
JULIO ALEJANDRO GALLARDO
POSADAS - MISIONES